lunes, 18 de noviembre de 2013

Hoy recé por ti




Siempre renegué de una vida más allá de ésta, igual que tanta gente a mi alrededor; sin embargo, he escuchado que en momentos de tristeza, miedo o situación extrema hay quienes rezan para calmar eso que desborda.

Revisé un viejo álbum de fotografías… y ahí, entre letras, fotos viejas –carcomidas por el tiempo- te encontré.  Tu sonrisa estaba intacta y la luminosidad de tu pupila trascendía el papel y el tiempo… fue re encontrar en un papel nuestro tiempo.

Mis manos están ajadas por el eterno transcurrir, las canas muestran mis recuerdos y mis lágrimas hicieron surcos en mi piel. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi… creí que habías desaparecido, pero una avalancha de recuerdos dan vueltas en estas paredes sin nombre.

Recordé todos mis errores, todas tus lágrimas y cada paso que dimos en conjunto. Nos separamos, nos olvidamos y hoy, recordé la vida que tuvimos y esa vida renació en mi interior con la misma fuerza de antaño.

Padre… tú que estás en los cielos, perdona mis faltas y a ella cúbrela de amor.
Padre… perdona mi soberbia y te agradezco ese momento de felicidad.
Madre… tú que fuiste hembra y amaste, entiendes lo que guardo en el pecho, tú entiendes de soledad…

Nunca aprendí a rezar, pero hoy recé por ti y mis lágrimas me llenaron el pecho y por fin… después de años, logré perdonarme. Vi tu rostro en esa fotografía y tú fuiste quien –sin saberlo- intercedió por mí.